Sermones Varios 36 | Lugar/Ort:Reffino
Fecha/Datum:15/08/1976 | Otros Lugares/Weitere Predigtorte:
| Año Eclesiástico/Kirchenjahr: | Libro Bíblico/Buchbezeichnung:Génesis 32: 26 | | |
Skopus: | | Varias 36 -Génesis 32:26 "Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices."
Queridos míos: ¿Qué se realizó ya en la vida de Jacob, Padre del pueblo de Israel, diciendo esta palabra, texto de nuestra predicación: "No te dejaré, si no me bendices."? El que conoce bien las historias del Antiguo Testamento, ciertamente sabe acordarse de ellas: Jacob engañó a su padre Isaac, presentándose ante el, que era ciego, como Jacob, no solamente por la bendición de primogenitura de Esaú sino también por todos los otros derechos. Jacob hizo estos engaños, mas o menos antes de 2o años, por eso, vivía como prófugo, temiendo la ira y la venganza de su hermano. Sabemos aún que su madre Rebeca, la promotora de sus engaños, le había enviado a su hermano de ella, Labán en Harán, donde debía trabajar muy duramente como obrero agrícola, explotado por su tío hasta lo último. Y queriendo casarse con Raquel, hija de Labán, su prima, fue engañado nuevamente. Jacob debe experimentar en una manera múltiple que el que engaña y miente o desprecia a sus padres o actúa contra la voluntad de su Dios, recibe normalmente ya en esta vida su castigo. Jacob, un padre de la nación vieja de Dios, no fue un santo, sino una persona como todos nosotros, como Uds. y yo. Su actuar en ninguna manera es un ejemplo moral para nosotros. Jacob no quería aceptar las reglas de Dios para la vida humana, los 10 mandamientoos, y por eso padeció las consecuencias amargas de su desobediencia, pero no fue condenado totalmente por Dios, sino le acompañó con su consuelo y con su ayuda, afirmando y confirmando su llamado para ser un padre del pueblo Israel. Este hombre nuevamente está en un peligro muy grande que es el resultado de su actuar malo. No sabe una salida. Su tío Labán con sus primos le hacen a el y a su familia ya muy numerosa siempre más difícil la vida diaria, hasta acciones bélicas, por eso existe solamente la posibilidad de regresar con toda la impedimenta hacia su país original. En el camino recibe la noticia que su hermano Esaú le espera con 400 hombres armados para vengarse por los engaños, no habiendo olvidado lo que Jacob hizo contra el hace 20 años. En esta situación, atormentado por su culpa del pasado contra su hermano, huido del agravio de la familia de su tío Labán, sin consejo y llenado de temor ante la venganza de su hermano Esaú, el cual le espera con hombres armados, encuentra a Dios. Jacob conoce su culpa. Sabe que su Señor tiene motivos bastantes para estar al lado de su hermano Esaú y contra el que que es un engañador. Dios puede aniquilarle, pero Jacob se confía también en esta situación preocupante en la palabra de su Dios que en los últimos 20 años le perdonó su culpa, dandole ánimo para empezar nuevamente y para un futuro mejor. Jacob, en estas dificultades, sin aun ver salidas, se confía únicamente en la palabra de su Dios. Se agarra a esta palabra hasta que recibe la certitud que el Creador le acompañará hacia un futuro nuevo, también por todas las dificultades del lado de su hermano Esaú y hasta que Dios afirma su promesa para ser un padre del pueblo que se llama según el nombre de Dios. Todo esto es expresado en su grito a Dios: "No te dejaré, si no me bendices," realizándose en la forma de un encuentro personal entre Dios y Jacob cerca de arroyo de Jaboc, en que este hombre luchó con Dios por su acompañamiento, por su ayuda, por el perdón de sus engaños y por la restauración de la hermandad con Esaú. "Señor, no te dejaré, si no me bendices." Hemos dicho ya que Jacob no puede servirnos en su actuar moral como ejemplo para seguirle, sino solamente como espejo en que nos reconocemos como los mismos que experimentan diariamente culpa contra nuestros prójimos. No actuamos mejor que Jacob y por eso hemos de padecer muchas veces las consecuencias de nuestra culpa. Esto tiene validez en la vida personal como también para grupos de trabajo, como en los problemas de la humanidad. En un aspecto, sí, el padre Jacob puede servirnos como ejemplo: Aceptar a Dios, hoy aun mejor dicho, aceptar a Jesucristo en su palabra con la promesa de ayuda y en su perdón de nuestra culpa, para poder arreglar nuevamente nuestra relación con los prójimos, también con los a quienes hemos causado dificultades, problemas y malicias, para poder preparar y construir con otros un mundo nuevo y un futuro mejor, para aniquilar toda la forma de esclavitud. "Señor, no te dejaré, si no me bendices." Viviendo con esta oración como Jacob, también nosotros experimentaremos lo mismo como el, que Dios no nos deja solos, que nos ayuda para saber los próximos pasos de nuestro camino, que Dios nos da las fuerzas para ir nuestro camino y que recibimos de El la esperanza a favor de un futuro feliz como benditos de Dios. Algunos versículos después de nuestro texto leemos así: "Has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido, y Dios lo bendijo allí." Amén
(Sermón de pastor Carlos Schwittay, dado el 15-8-1976 en Reffino/ Entre Ríos.)
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