LECTURAS DIARIAS 1996 | Lugar/Ort:
Fecha/Datum:02/03/1996 | Otros Lugares/Weitere Predigtorte:
| Año Eclesiástico/Kirchenjahr:Sábado 2 de marzo 1996 | Libro Bíblico/Buchbezeichnung:Juan 4: 13 - 14 | | |
Skopus: | | Lecturas Diarias 1996" -Juan 4: 13-14" Jesús le contestó: Todos los que beben de esta agua, volverán a tener sed; pero el que beba del agua que yo le doy, nunca volverá a tener sed. Porque el agua que yo le doy brotará como un manantial dentro de él para darle vida eterna."
Durante la conversación de Jesús con la samaritana junto al pozo de Jacob, El da la respuesta arriba citada. En esta conversación, El anuncia que es el Salvador del mundo, que lucha por una nueva esperanza y por un futuro mejor, para todos los seres humanos, incluso para la naturaleza. Como punto de contacto utiliza el agua. Sabemos que El, sediento de agua, después de una larga caminata, había pedido a la samaritana junto al pozo este refresco. El agua es una realidad, no solamente en la vida humana. Nosotros, seres humanos, nos componemos en mayor parte de agua y dependemos totalmente de ella. Moriremos, faltando ésta. ¡Qué miserias y problemas vienen sobre los seres humanos, animales y sobre toda la naturaleza, cuando falta agua! Sobre tal carencia y su superación, se realizan conferencias mundiales. Necesitamos diariamente esta sustancia. Se debe mencionarlo también para la higiene corporal. ¿Qué relación, tiene Jesús con el agua? Primeramente hemos de saber que El, después de una larga caminata, sediento de agua, vivió en carne propia la urgente necesidad de beber. Y por eso, le había pedido a la mujer, agua del pozo. En esta situación, Jesús explica a la samaritana su propia importancia para todos los seres humanos. Como ejemplo en la explicación utiliza el agua. De esta manera explica que es El, del cual nosotros dependemos totalmente, sin El no podemos vivir, somos nada. No sólo tiene validez para los seres humanos, sino también para el mundo de los animales y para toda la creación. Jesucristo, el Salvador del mundo, también es El que nos da siempre de nuevo, las fuerzas necesarias para poder vivir y cumplir nuestras tareas como criaturas de Dios. Estas fuerzas las recibimos también porque Dios nos limpia de todas nuestras culpas y faltas contra Dios y contra nuestros prójimos. Todo esto también es expresado en el bautismo, en relación con el agua. Nosotros podemos y debemos ser colaboradores de nuestro Señor Jesucristo en la realización de un mundo nuevo y de un futuro mejor, en una preparación para la vida duradera y eterna. En esta manera, nuestra colaboración se eleva hasta los cielos. Es verdad, nosotros suspiramos por un mundo nuevo y mejor, elaborado por Jesucristo, porque la vida en esta tierra es cada vez más insoportable. Sabemos que existen entre nosotros en esta tierra muchos esfuerzos e ideologías que también quieren trabajar, y trabajan -así dicen con mucha propaganda- por un cambio y por un mundo nuevo y por un futuro mejor y feliz, pero ya se puede reconocer lamentablemente detrás de estos esfuerzos un infierno peor que antes. Nosotros, empero, sabemos y aceptamos que solamente UNO es el Salvador del mundo, Jesucristo, el cual también es nuestro Salvador personal y El de la samaritana junto al pozo de Jacob.
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