Jahreslosungen 14 | Lugar/Ort:Aldea Protestante
Fecha/Datum:25/01/1976 | Otros Lugares/Weitere Predigtorte: Diamante, 7-2-1976 -spanisch- Camarero/Puiggari, 8-2-1976 -spanisch- Meroú, 26-10-1980 -spanisch- Aldea Protestante, 7-9-1975 -deutsch- Grabschental, 7-9-1975 -deutsch- Meroú, 21-8-1976 -deutsch- Reffino, 12-9-1976 -deutsch- Camarero/Puiggari, 12-9-1976 -deutsch- | Año Eclesiástico/Kirchenjahr:Lema anual 1975 - Jahreslosung 1975 | Libro Bíblico/Buchbezeichnung:Romanos 2: 4 - Römer 2, 4 | | |
Skopus: La bondad de Dios espera nuestro cambio de actitud | | Jahreslosungen 1975 14 -Romanos 2,4 "¿O desprecias la inagotable bondad y paciencia de Dios, sin darte cuenta de que su bondad es precisamente para hacerte cambiar de actitud?"
Por nuestro texto, el apóstol Pablo llama la atención de los romanos sobre un aspecto muy importante de la fe. No deben olvidarlo, bajo ninguna circunstancia. Es un aspecto que aún hoy tiene su importancia, "que la benignidad de Dios nos guía al arrepentimiento." Como apóstol, ha predicado que la gente debe seguir en palabras y hechos a Jesucristo y halló una oposición muy grande, especialmente entre los miembros del pueblo Israel. Fanáticamente han negado al Señor, el llamado del apóstol contestaron con un NO. Afirmaron que no necesitan a Jesús, viviendo ya por la ley y por la circuncisión como miembros del pueblo de Dios, como hijos de Dios. Sí, han atacado a Pablo con su mensaje de Jesús, han dicho que el con su Jesús confunde al pueblo Israel. No han aceptado que ante Jesús no existe una diferencia entre judíos y paganos. "No hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios", escribió el apóstol. Los miembros del pueblo Israel no aceptaron que sean malos, que sean pecadores como los paganos. Es verdad que ellos tienen privilegios especiales, tienen una historia maravillosa con su Dios, experimentan día por día su amor y su ayuda, prometidas de la fundación del pueblo, pero este mismo Dios espera también de los miembros de su pueblo la obediencia total. Lamentablemente se debe decir que también la historia del pueblo Israel es una historia de desobediencia de este pueblo contra su Dios. El Creador no espera orgullo y jactancia de ellos por los privilegios, sino una obediencia especial que los paganos ya no podían dar. La motivación de la fundación del pueblo de Dios con sus tareas en medio de los paganos, el apóstol resume con nuestro texto: "¿O desprecias la inagotable bondad y paciencia de Dios, sin darle cuenta de que su bondad es precisamente para hacerte cambiar de actitud?" Porque este pueblo no comprendió esta realidad o no quería comprender, vino Jesús en este nuestro mundo, para darnos un ejemplo de una obediencia total. Y ¿el resultado? La muerte de Jesús en la cruz de Gólgota, una negación total de este aspecto de la fe, expresado en nuestro texto "que la benignidad de Dios nos guía al arrepentimiento". Es comprensible que ahora consecuentemente también la predicación del Señor, crucificado y resucitado, como señal del amor y de la benignidad extraordinaria de Dios, es negada. El pueblo Israel no acepta un cambio radical, tampoco la obediencia total. Esta negación del pueblo viejo de Dios es el motivo para la fundación del pueblo nuevo de Dios, de la Iglesia Cristiana, por Jesucristo. Ahora, Dios espera de los miembros de la Iglesia la aceptación de su bondad, preguntando por su violuntad y empezando a dar frutos de la obediencia, y a vivir según la vida de Jesucristo. "¿O desprecias la inagotable bondad y paciendia de Dios, sin darle cuenta de que su bondad es precisamente para hacerte cambiar de actitud?" La bondad de Dios debe hacernos cambiar de actitud y dar frutos de obediencia. Ahora pasaron 2 mil años desde el actuar de Jesús. 2 mil años de la historia del pueblo nuevo de Dios, de la Iglesia Cristiana, son pasados y la pregunta tiene su razón: ¿La bondad de Dios en Jesucristo nos hizo cambiar de actitud? en el sentido de una nueva imitación de la vida de Jesucristo, de lo que El hizo, dijo y mandó. Solamente una mirada echada en la historia de la Iglesia de las denominaciones diferentes, o una mirada en la vida diaria de nosotros, cristianos, basta para reconocer que las acusaciones de muchos contemporáneos tienen razón, diciendo que los cxristianos tampoco siguen según el ejemplo de su Señor. La bondad de Dios no llevó a la muchedumbre de los cristianos tradicionales a un cambio radical de su vida, siempre solamente algunos pocos siguen al Señor y practican obediencia. Gustosamente recibimos la bondad y el amor de nuestro Dios, utilizando también su ayuda. En tristeza sabemos de la consolación del evangelio y en el temor de la muerte nos da nuevas fuerzas la esperanza de la resurrcción, pero obedecer a nuestro Señor en los problemas de la vida diaria no queremos, negando al fin también a Jesucristo. Felizmente podemos escuchar aún esta palabra que nos llama a un cambio radical en nuestro hacer y hablar: "¿O deprecias la inagotable bondad y paciencia de Dios, sin darte cuenta de que su bondad es precisamente para hacerte cambiarte de actitud." Esto quiere ser escuchado de todos nosotros. Lo que Jesucristo hizo por nosotros, sus ayudas para superar las dificultades de nuestra vida, vale la pena, que experimentemos obediencia en nuestra vida. Para esta obediencia a Dios y a Jesucristo aún tenemos la posibilidad y con ésta una ayuda muy grande para la humanidad. Puede ser que para la cristiandad actual como en tiempos antiguos para el pueblo Israelita, hay otros grupos de la humanidad que comprenden mejor que los cristianos y los israelitas han comprendido que la bondad de Dios vale la pena que nos cambiemos radicalmente y que practiquemsos una obediencia total. Pero aún hoy tenemos esta palabra: "¿O desprecias la inagotable bondad y paciencia de Dios, sin darte cuenta de que su bondad es precisamente para hacerte cambiar de actitud."
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