Bibelw. 18b Textos chocantes 7 | Lugar/Ort:
Fecha/Datum: / / | Otros Lugares/Weitere Predigtorte: Aldea Protestante, 18-2-1982 -deutsch- | Año Eclesiástico/Kirchenjahr:El mundo necesita misión (Resumen) | Libro Bíblico/Buchbezeichnung:Mateo 28: 16-20 - Matthäus 28, 16-20 | | |
Skopus: ¿Qué significa misión? | | Bibelw. 18b -Textos chocantes 7-Mateo 28:16-20 "Así pues, los once discípulos se fueron a Galilea, al cerro que Jesús les había indicado. Y cuando vieron a Jesús, lo adoraron; aunque algunos dudaban. Entonces Jesús se acercó a ellos y les dijo: A mí se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que yo les he mandado a ustedes. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."
El título de la primera parte de nuestro texto es: El centro del evangelio comprende: "Toda potestad me es dada, a mí, Jesucristo." En el monte, Moisés recibió los mandamientos. En el monte, Jesucristo predicó el camino de una justicia mejor. En el monte, el resucitado se presentó a los suyos como el Señor, dándoles el mandamiento de anunciar el evangelio a todos los hombres. En la confianza en la promesa de Jesús, los discípulos van a Galilea y en esta parte de Palestina se cumple la profecía de Isaías: "Puel al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los Gentiles." Jesucristo es el Señor, esto es el centro del evangelio. Y a El es dada toda potestad. Ya en el libro del profeta Daniel leemos así: "Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le servieron; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido." Esta profecía está cumplida en Jesucristo. Los discípulos pueden reconocerlo, por eso se desarrillan ante El, dándole gloria y honor como Dios mismo. Lo que los suyos no pueden decir a El, Jesús mismo dice: "A mí me es dada toda autoridad", toda autoridad divina, dada de Dios. Lo que significó para el concilio de los sumosacerdotes una blasfemia, es afirmado por Dios como verdad: Jesús es el Cristo, el Señor sobre vida y muerte, sobre ángeles y todas las potestades, sobre el pasado y el futuro, sobre cielos y tierra y infierno y sobre todas las criaturas. El que nos amó hasta la cruz, El que nos ayuda, es el Señor. Somos los suyos, estamos en sus manos. Porque El es es el Señor sobre cielo y tierra, podemos esperar el nuevo cielo y la nueva tierra. Su poder del amor es muy fuerte que puede renunciar a toda la forma de brutalidad. Odio y falta de cariño pasarán, pero el poder de amor de Jesucristo alcanzará su destino. Todo esto escuchan los discípulos en el monte de Galilea. Deben anunciar este mensaje a todos los hombres. A El, Jesucristo le es dada toda potestad. La segunda parte de nuestro texto tiene el título: El destino, el fin del evangelio: "Haced discípulos a todas las naciones." De Galilea, la salvación debe ir a los fines del mundo, por los suyos, siendo un servicio en la sombra de la cruz y en la luz de la resurrección. Discípulos de Cristo son reconocibles en lo que hacen también otros a discípulos. Aún los hombres tienen la posibilidad para decidirse para Jesucristo. Y El se desea más discípulos. El Señor quiere discípulos y hermanos, no esclavos o desobedientes. Todos los pueblos deben ser llamados para ser discípulos del Mesías. Por el bautaismo, los hombres deben entrar en el reino de Cristo. Por el bautismo es aceptado el señorío del Mesías. El que es bautizado es miembro de la comunidad del Maestro. Que un hombre sea un discípulo de Cristo, se puede reconocer en su oír y hacer las palabras de Jesús. Hasta que el Mesías en el fin de este tiempo perfeccione su gobernación, existiría una congregación o una comunidad, en que los suyos escuchan su palabra y viven según ella. Y la tercera parte de nuestro texto tiene el título: Lo que vale del evangelio para todos los días de nuestra vida: Yo, Jesucristo, estoy con ustedes. Misión, la testificación del evangelio a los otros, no es una cosa para algunos pocos sino la tarea de todos los cristianos, una tarea en que nuestro Señor nos acompaña. Jesucristo es el Emanuel que significa: DIOS CON NOSOTROS. Qué sea este Emanuel, Jesucristo ha anunciado a sus discípulos: "Porque dónde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos." Jesucristo nos acompaña como las nubes de Dios acompañó al pueblo Isarel en su camino por el desierto. También la Iglesia es un pueblo, andando por los tiempos hacia su destino: la creación nueva del mundo. Sin misión, sin proclamación del reino de Dios, no somos discípulos fieles de nuestro Señor. 1. ¿Qué es más importante: anunciar el mensaje o practicar ayuda? 2. ¿Somos cristianos que están sentados o que se mueven? 3. ¿Qué hagamos practicamente para que un hombre no se pierde?
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