3 BEERDIGUNG 74b | Lugar/Ort:Frau Hatt
Fecha/Datum: / / | Otros Lugares/Weitere Predigtorte:
| Año Eclesiástico/Kirchenjahr: | Libro Bíblico/Buchbezeichnung:Isaías 9: 1 | | |
Skopus: | | 3 Beerdigung 74b -Isdaías 9"1 "El pueblo que andaba en tinieblas vió gran luz: las que moraban en la tierra, de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos."
Como el profeta Isaías ha dicho esta palabra, hace tres mil años, en verdad, no ha pensado en nosotros, estando en este cementerio al sepulcro abierto de una querida persona, a quien hemos perdido. Pero, siendo también verdad, que Isaías no ha pensado en nosotros, podemos creer: Esta palabra del profeta Isaías nos vale personalmente en esta hora y en este cementerio. Siempre y siempre, también hoy, debemos sufrir lo que el profeta ha sufrido que nuestra vida es rodeada de una oscuridad grave. Esta oscuridad tiene su causa en nuestra desobediencia contra Dios, en nuestras malicias. Casi tenemos que andar por una vida sin mucha alegría, sino con mucho trabajo y fatiga, con pena y preocupación, con temor y susto. No solamente el profeta Isaías ha conocido esto, sino cada uno de nosotros sabe esto en la misma manera. Cada enfermedad entre nosotros es una señal de esta oscuridad de nuestra vida, y cada muerte quiere acordarnos que cada uno de nosotros, un día tendrá que andar por la grave oscuridad, por el valle de la muerte. Todos los cementerios también son tantas señales. Verdad es que la muerte es una cosa oscura que amenaza a nosotros, a nuestra vida. Sabemos que nuestra desobediencia contra Dios es el último motivo de este que nosotros como hombres debemos morir. Cada uno de nosotros debe andar por la oscuridad de su vida y por la oscuridad del valle de la muerte, debe sufrir como nuestra hermana ha sufrido. ¡Y aún en qué manera! La palabra del profeta Isaías es verdad: "El pueblo que anda en tinieblas y los que moraban en tierra de sombra de muerte." Nosotros somos este pueblo que anda en tinieblas, y estas personas que moran en tierra de sombra de muerte. Pero, somos cristianos. Y como cristianos somos tales personas que en toda la oscuridad pueden ver una luz. De los cielos viene esta luz en nuestro mundo. Podemos ver que Dios mismo vino en nuestro mundo en la forma de su Hijo Jesucristo. Y donde este Jesucristo entra en la vida de una persona, se retira la oscuridad, hay luz, se retira temor y susto, también en enfermedades y en la muerte. Esto también era la fe alegre de nuestra hermana difunta, al fin en el tiempo muy oscuro de su vida. Donde Jesucristo puede entrar en la vida de un hombre, se retira la oscuridad, porque EL, Hijo de Dios, anda con nosotros. Con El andamos por el valle de la muerte hacia la alegría eterna. El quien le tiene, tiene todo lo que es necesario para vivir y para morir. Esta es la gran esperanza para nuestra difunta aquí que era en este mundo una persona que ha creído en Jesucristo y que ahora puede alegrarse de la verdad de que Jesucristo ha dicho: "Yo vivo y vosotros también viviréis."
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