-5-Kirchenj. bis 14.S.n.Trinitatis 27 | Lugar/Ort:Diamante
Fecha/Datum:18/07/1981 | Otros Lugares/Weitere Predigtorte: Paraná, 19-7-1981 -spanisch- Grabschental, 19-7-1981 -spanisch- Meroú, 25-7-1981 -spanisch- Camarero/Puiggari, 26-7-1981 -spanisch- Reffino, 28-7-1981 -spanisch- Aldea Protestante, 2-8-1981 -spanisch- Meroú, 25-7-1981 -deutsch- | Año Eclesiástico/Kirchenjahr:7 Dom.d.TrinItatis - 7.S.n.Trinitatis | Libro Bíblico/Buchbezeichnung:Marcos 8: 1-9 - Markus 8, 1-9 | | |
Skopus: Jesús ayuda también por milagros | | -5- Kirchenj. bis 14.S.n.Trinitatis -27 -Marcos 8: 1-9 "En aquellos días, como había una gran multitud, y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmararán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos. Sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto? El les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos dijeron: Siete. Entonces mandó a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante. Y comieron, y se saciaron; y recogieron de los pedazos que habían sobrado, siete canastas. Eran los que comieron, como cuatro mil; y los despidió. Y luego entrando en la barca con sus discípulos, vino a la región de Dalmanuta."
Normalmente comprendemos nuestro texto de predicación como un texto sobre la realidad del milagro que Jesucristo dio comida a 4.000 hambrientos. Este texto tiene una relación con el texto que nos dice que Jesús dio comer a cinco mil personas. Ambos textos nos dan una impresión del mismo acontecimiento. Pero meditando más sobre nuestros versículos de predicación, hallamos en ellos, aún otro milagro, un milagro más grande que el de dar de comer a 4 o cinco mil hombres. Este otro milagro comprende según el evangelista Marcos los versículos siguientes: "Jesús dijo a sus discípulos: Siento compasión por esta gente, por que ya hace 3 días que están aquí conmigo y no tienen nada que comer. Si los mando a sus casas sin comer, se desmayarán por el camino, porque algunos han venido de lejos." Este es el milagro más grande que hombres pueden estar 3 días en la cercanía de Jesús para escuchar y ver lo que El dice y hace, olvidando todas las otras cosas, como comer y beber. ¿Por qué podemos llamar esto un milagro? Porque lo que se realizó en estos versículos es contra la experiencia humana hasta hoy. Nos cuesta mucho tener tiempo para Jesucristo, para la palabra de Dios y para nuestros cultos, para una colaboración en congregación e iglesia. El que solamente se siente cristiano por tradición o por respeto ante los antepasados, entiende cada colaboración en hechos y palabras y tiempos y sacricifios a favor de Jesucristo y su congreghación como una molestia, negándolos o buscando excusas. Muchos no participan más en los cultos porque no quieren escuchar más de sus obligaciones en la relación con Jesucristo. Muchas cosas en nuestra vida nos parecen más importantes que nuestra fe en Jesucristo, como por ejemplo nuestro progreso, trabajo, dinero, tiempo, egoísmo, despotismo, comodidad, tranquilidad y otras más. Pero esto es lo nuevo, lo que puede hacernos alegres y felices que se realiza también esto, en medio de cansancio, desinterés, indiferencia y enemistad, alegría para la palabra de Dios, amor a Jesucristo, ansiar vivir la comunión con otros cristianos en culto y santa cena y en la colaboración del cumplimiento de las tareas en el mundo, tareas recibidas de Jesucristo. Queremos confesar francamente que donde se realiza entre nosotros todo eso, se realiza un milagro de Dios. Por nuestros propios esfuerzos tal fe grande no es posible. Dios ha intervenido en este mundo y ha posibilitado lo que es imposible por seres humanos. Y esta intervención de Dios en este mundo y en esta nuestra vida, llamamos milagro o maravilla. Esto se realiza siempre de nuevo, también entre nosotros, lo que se realizó según el texto, en el tiempo de Jesús, leyendo: "Jesús dijo a sus discípulos: Siento compasión por esta gente, porque ya hace 3 días que están aquí conmigo y no tienen nada que comer. Si los mando a sus casas sin comer, se desmayarán por el camino, porque algunos han venido de lejos." El Señor piensa en los que están cerca de El, que escuchan, guardan y hacen su palabra, sin preguntar por lo que debían padecer por esto daños, pobreza y tal vez cárceles. El Señor conoce en este aspecto a los suyos con sus problemas y les ayuda. Este mismo Señor dijo en otra situación así: "Busquen primeramente el reino de Dios y la vida recta que a él le agrada, y recibirán también todas estas cosas." Los discípulos, escuchando la palabra de Jesús que deben dar de comer a los 4 mil hambrientos, contestan: "¿Pero cómo se puede darles de comer aquí en este lugar donde no vive nadie?" Al fin hallan 7 panes y algunos pescaditos. Ciertamente se han pensado: ¿Qué significa esto entre tantos muchos? Ahora Jesús no pregunta por toda la realidad triste, prepara la comida. Deja sentarse la gente, toma el pan y el pescadito y da Gracias a Dios por una oración. Despúes los parte y deja repartirlos por los discípulos entre la gente. Y ¡qué milagro!, "todos quedaron satisfechos". Así como en el primer milagro se han cambiado totalmente los hombres hacia un amor profundo a Jesús y su palabra y hacia una obediencia total, olvidando los 3 días sin comer y beber, así Jesucristo interviene por segunda vez en este mundo de materias, dado de comer a 4 mil hombres hambrientos, sí se realizó aún más, este segundo milagro: "Todavía después llenaron siete canastas con los pedazos que sobraron." Pero, claramente, lo que hemos dicho ya en el principio, tiene aún validez ahora que el milagro del cambio de los corazones humanos es más grande que el milagro de un cambio de materias, empero, Jesús tiene poder y potestad hacer ambos milagros. Paul Gerhardt, pensó ciertamente en nuestro texto de predicación, cantando así: "Dios tiene tantas posibilidades de salvar de la muerte. Da comidas aun en tiempos graves de hambre, dejando estar bien a los que no tienen mucho y los que son presos El ayuda también." Así nuestro texto de predicación tiene la intención invitarnos a pedir a Jesucristo que realice en y entre nosotros en una manera nueva el milagro de un amaor profundo a El y su palabra y sus cultos y a una obediencia total. sabiendo que nosotros viviremos después el otro milagro de una ayuda completa del lado del Señor en tiempos graves. Jesús preguntó en otra situación a sus discípulos: "Cuando los mandó sin bolsa, ni monedas, ni calzado, ¿acaso les faltó algo? contestan: ¡NADA!"
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