-3-Kirchenjahr bis Karfreitag 80 | Lugar/Ort:Camarero
Fecha/Datum:07/04/1966 | Otros Lugares/Weitere Predigtorte: Diamante, 9-4-1966 -spanisch- Colonia Nueva, 9-4-1966 -spanisch- Paraná, 5-3-1967 -spanisch- Reffino, 27-3-1970 -spanisch- Diamante, 28-3-1970 -spanisch- Diamante, 1-4-1961 -deutsch- Reffino, 15-4-1962 -deutsch- Meroú, 15-4-1962 -deutsch- Aldea Protestante, 20-4-1962 -deutsch- Camarero, 20-4-1962 -deutsch- | Año Eclesiástico/Kirchenjahr:Viernes Santo - Karfreitag | Libro Bíblico/Buchbezeichnung:Marcos 15: 15-19 | | |
Skopus: La Cruz no es lo último de Jesús | | -3- Kirchenjahr bis Karfreitag 80 -Marcos 15:15-19 "Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado. Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la compañía. Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas. Y comenzaron luego a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos! Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias."
Ciertamente es una cosa buena, meditar, según la Palabra de Dios, sobre las personas diferentes, las cuales hay en la historia de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo. Primeramente tenemos a Poncio Pilato, gobernador de la potencia ocupante sobre el pueblo Israel, sobre el país Palestina. El César de Roma es su Señor. En el caso de Jesús, Poncio Pilato hace una figura desgraciada. Normalmente el no es una persona injusta. Sabemos que los romanos pueden diferenciar muy bien entre justicia e injusticia. También en el caso de Jesús, él conocía la justicia, la razón. Pero, juzgar a Jesús, para el gobernador Poncio Pilato fue muy delicado, porque él no solamente fue un juez, sino también un político. Y para los prinicpales sacerdotes en el pueblo Israel, el caso de Jesús no es un caso de la justicia, sino de la política. Por eso, el gobernador está en una situación dudosa. Hay una diferencia muy grande entre un caso religioso y un caso político de Jesús. ¿Qué debe hacer el gobernador con Jesús, acusado por la instigación de una revolución, de una rebelión, contra el César, contra la potencia ocupante? Los argentinos sabemos exactamente lo que significa arreglar políticamente un caso o una cosa. Poncio Pilato conoce el fanatismo político. Por eso, está dispuesto cambiar la justicia en la injusticia, por causa de la política. El juzga a Jesús, siendo inocente, a la muerte, pero absuelve a Barrabás, un asesino y ladrón. Pilato es, tal vez contra su voluntad personal, el ejecutor de la malicia de todas las personas: No queremos que este Jesús gobierna sobre nosotros. Hemos hablado ya de la otra persona en la historia de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, de BARRABÁS. ¿Quién fue Barrabás? Barrabás, en verdad, es un instigador de una rebelión contra el César y, por eso, también contra el gobernador. Barrabás hace política con armamentos, es un revoltoso y no pregunta por la vida de una persona. Había matado ya a algunos. Pero, por política se absuelven al asesino y el inocente debe morir. Nuestros versículos indican claramente lo que nosotros, seres humanos, hemos hecho de este mundo, por Dios creado y habiendo sido en condiciones muy buenas. Este nuestro mundo y también nosotros mismos, como parte de este mundo, están "bajo el maligno" por nuestra malicia. Si no sabríamos esta realidad por la Palabra de Dios, lo reconoceríamos por la realidad de la situación de este nuestro mundo. Por nuestra culpa, este mundo de hoy está en destrucción. Un autor moderno ha meditado interesantemente sobre Barrabás en una novela. Pero también sabemos que en este error entre Jesús y Barrabás, no obstante de la injusticia, está un secreto de nuestra Fe cristiana. En lugar del asesino Barrabás, está juzgado a la muerte el Hijo de Dios inocente. El revolucionario Barrabás es absuelto y el Hijo de Dios inocente es crucificado Por lo que se realizó en estos hechos, con nosotros inclusive, podemos vivir en esta tierra y en eternidad. En lugar de nosotros está Jesúcristo, el Hijo de Dios. Por eso no tenemos miedo de la muerte por ser juzgado por Dios. También hay en la historia de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo la SOLDADESCA. Los soldados deben ejecutar, según su profesión, a Jesús de Nazaret, deben crucificarlo. Y escarnio y burla son una parte de la ejecución. Una persona, sentenciada a la muerte y por eso un criminal, ha perdido, según la costumbre, los derechos de su humanidad. Como un revolucionario, Jesús fue sentenciado a la muerte en la cruz. Quería ser una rey, el rey del pueblo Israel. Bien, entonces debe tener también una corona, dice la soldadesca. Hacen con cuidado una corona de espinas y con entusiasmo y ponen esta corona sobre la cabeza de Jesús, queriendo ser el rey del pueblo Israel. Como un adefesio, la corona de espinas sobre su cabeza, un trapo como púrpura sobre su cuerpo, debe presentarse Jesús. Y entonces su dignidad real es calumniada. Los soldados gritan: "!Viva¡" y "!Salve, Rey de los judíos¡" y le dan golpes en la cabeza con una caña y le escupen. !Qué crueldades! !Qué tristeza¡ !Qué rey lamentable¡ Sería una cosa fatal para nosotros, si solamente daría esta historia de la Pasión de Jesucristo. Lo que se realizó: arresto, acusación, sentencia, escarnio, burla, golpes, crucificación, con todas las crueldades y con la desesperación, es una imagen reflejada de este nuestro mundo oscuro. Esto se realiza también hoy entre nosotros y con nosotros. Mirando a Jesús, podemos decir: !He aquí EL hombre, como hoy también debe vivir¡ Jesucristo es un ejemplo de un hombre de hoy. En medio de este mundo, en que el ser humano, uno al otro, se hace este mundo a un infierno, vino el Hijo de Dios, para ayudarnos en medio de una vida sin salidas. Y El debía padecer en la misma manera como los seres humanos en un mundo cruel. Vivió en un mundo cruel, en un mundo sin esperanza y sin salidas. Está en las manos de los hombres. Habiendo dicho ya que si sería la cruz de Gólgota, lo último en la vida de Jesús de Nazaret, el cual es el Hijo de Dios, no daría más una esperanza, no para el mundo, tampoco para nosotros. Pero podemos decir: ¡Gracias a Dios! que el Viernes Santo no fue el último día de la vida de Jesucristo. La crucifixión no fue lo último en la vida de Jesús. Dios personalmente intervino milagrosamente en el hacer cruel de este mundo. A pesar de las malicias y de las crueldades de los hombres, Dios ha hecho a su Hijo a la única Esperanza para este mundo sin esperanza, a la Luz para este mundo oscuro. Esto se realizó en la hora, en que los enemigos de Jesús habían creído que el fin de su vida sería una realidad. En un himno de la Pascua de la Resurrección cantamos así: "Viendo su sepultura, el malo se gozó; mas pronto con premura, Jesús se levantó. ¡Triunfal es su canción! Despliega su pendón cual paladín sin par que supo firme estar." Tampoco la muerte es lo último en la vida de una persona, sino su vida en eternidad."
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