-3-Kirchenjahr bis Karfreitag 56 | Lugar/Ort:Aldea Protestante
Fecha/Datum:15/03/1979 | Otros Lugares/Weitere Predigtorte: Meroú, 17-3-1979 -spanisch- Diamante, -14-4-1979 -spanisch- Kranken-Hausgottesdienst Köhler Aldea Protestante, 28-2-1980 -deutsch- | Año Eclesiástico/Kirchenjahr:2 Culto de Pasión | Libro Bíblico/Buchbezeichnung:Lucas 23: 34 | | |
Skopus: Ninguno está excluido de la salvación | | -3- Kirchenjahr bis Karfreitag 56 -Luks 23, 34 "Y cuando lo estaban crucificando, Jesús dijo: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen."
Hoy queremos meditar sobre la segunda palabra que nuestro Señor y Salvador en medio de sus padecimientos en la cruz de Gólgota dijo, como testamento para todos nosotros: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen." Con estas palabras pensó en los que han llevado sobre El, padeciemientos y la muerte, pensó en los soldados y policías, en los escribas y sacerdotes y fariseos, en el gobernador Poncio Pilato y en el rey Herodes, también en Simón Pedro, el que le negó y en Judás Iscariote, el que le traicionó y en todos sus discípulos, los cuales le dejaron solo. En todos estos pensó Jesús, diciendo esta palabra en la cruz: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen." Jesús perdona a los que le torturan y al fin matan, pero también a los que dicen: Sí, sí, pero no hacen lo que El manda. El perdona a los que son aceptados como píos, pero no son mejores que los ateístas. El perdona a los que comprenden su fe cristiana como una obligación incómoda sin que su corazón se alegra. Esta palabra: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen." también tiene validez para los que piensan que los hechos en la cruz de Gólgota solamente tiene una importancia significativa para una vida después de la muerte, pero no para la formación y mejoría de la vida humana en esta tierra. Sí, Jesús piensa personalmente con esta palabra perdonadora de sus últimas horas en nosotros, en ustedes y en mí que somos iguales a un Simón Pedro o a un Judás Iscariote o a los otros discípulos, los cuales le dejaron solo en las horas decisivas del peligro. Somos iguales como ellos, porque no preguntamos nada por El en nuestra vida real, en alegría y padecimiento, en problemas y progreso, sino en horas decisivas le menospreciamos. Con esto que El, aun en la última hora de su vida, piensa en nosotros: "Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen", nos deja abierta la puerta de la salvación, sí, no solamente para nosotros, sino para todos los hombres, para sus negadores y traicionadores y asesinos de hoy, para los indiferentes y temerosos e hipócritas. Por estas palabras: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen!" ningún hombre necesita ser excluido de la salvación.
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