-1-Kirchenjahr bis Weihnachten 087 | Lugar/Ort:Aldea Protestante
Fecha/Datum:24/12/1980 | Otros Lugares/Weitere Predigtorte: Diamante, 24-12-1980 Diamante, 24-12-1980 Meroú, 25-12-1980 | Año Eclesiástico/Kirchenjahr:Fiesta de Nochebuena | Libro Bíblico/Buchbezeichnung:Lucas 2: 25 - 36 | | |
Skopus: Personas a la visita al rancho de Belén | | -1-Kirchenjahr bis Weihnachten 87 - Lucas 2: 25 + 36 "En aquel tiempo vivía en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón y esparaba la liberación de la Nación de Israel. Estaba también una mujer que profetizaba, llamada Ana."
Festejando la Nochebuena, sabemos que las personas siguientes, alrededor del pesebre, tienen una importancia muy grande. Además de José y María, son los ángeles y los magos paganos del oriente y los pastores. Sabemos aun que la autoridad estatal empieza una persecución sangrienta y que los superiores de los píos apáticamente callan, negando lo que se realizó en la Nochebuena. Por nuestro texto nos es dicho que hay dos píos que formaron una excepción, jugando un rol muy importante en el aspecto de Navidad. Son dos ancianos: Simeón y Ana. Simeón reconoce a este niño Jesús, presentado en el templo, según la tradición y costumbre, por sus padres, algunos días despúes del nacimiento, como el MESIAS, el Rey, el Enviado de Dios. Simeón se alegró tanto sobre el cumplimiento de su esperanza en la salvación de Israel, del pueblo de Dios que podría morir ahora consoladamente. Su vida, por este cumplimiento, está en un fin alegre. "Señor, ya puedes dejarme morir en paz, por que has cumplido lo que prometiste a tu siervo. He visto con mis ojos al Salvador que has puesto delante de toda la gente. El es la luz que ha de alumbrar a los que no son de Israel, y dar honor a Israel tu pueblo." Y la segunda excepción es Ana, una viuda con 84 años, una servidora de Dios, la cual reconoció también en el Niño al Salvador de todos los seres humanos y sobre todo esto alabó a Dios y contó a la gente lo que se realizó verdaderamente en la Nochebuena. Pero lo más importante es la palabra de Simeón que dijo de Jesús, bendiciendo a la madre María: "Mira, este niño está destinado a hacer que muchos en Israel caigan o se levanten. El será una señal que muchos van a rechazar." Esto significa que ya en los hechos navideños tenemos una voz que habla de la cruz, de la pasión de Jesús, de la señal que es negada. ¡ Qué realidad dura ya es visible en el nacimiento del Salvador del mundo! Dios envió a su Hijo en su pueblo, a los suyos, para arreglar la vida caótica, para levantar los que son caídos, para consolar a los tristes, para dar pan a los hambrientos, para dar a todos una vida llena y feliz, pero los suyos no aceptan esta ayuda, sino le matan a El: "El vino a su propio mundo, pero los suyos no lo recibieron." Esta negación de Jesús por los suyos es el fundamento que la salvación, la ayuda de Dios, hoy es ofrecida a todos los seres humanos, ninguno está excluido. La ayuda, la salvación, que empezó con el Niño en el pesebre en Belén, está destinada para todos nosotros, pero también para todos los otros. Una realidad, empero, no hemos de olvidar nunca que salvación y ayuda son dependientes únicamente de este Jesús. Sin contacto con El, ninguno puede superar las dificultades de su vida. Sin contacto con El, ninguno puede impedir que este mundo será destruido y aniquilada la vida de todos los seres. Sin la intervención de este Niño no podemos mejorar esta vida para todos los hombres. En este Niño Jesús en el pesebre en Belén, según la palabra de Simeón está incluida la decisión sobre Salvación o desastre, preservación del mundo o destrucción, paz o guerra, progreso o retroceso, felicidad o catástrofe. "En ningún otro hay salvación que en Jesucristo, porque Dios no nos ha dado el nombre de ningún otro en el mundo, por el cual podamos ser salvos."
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