-1-Kirchenjahr bis Weihnachten 012b | Lugar/Ort:Camarero/Puiggari
Fecha/Datum:11/12/1977 | Otros Lugares/Weitere Predigtorte: Aldea Protestante, 3-12-1978 -spanisch- Diamante, 9-12-1978 -spanisch- Reffino, 10-12-1978 -spanisch- Reffino, 27-11-1966 -deutsch- Hausgottesdienst Meier in Paraná, 7-12-1969 -deutsch- Aldea Protestante, 12-12-1976 -deutsch- | Año Eclesiástico/Kirchenjahr:2 de adviento - 2. Advent | Libro Bíblico/Buchbezeichnung:Lucas 21: 25 - 36 - Lukas 21, 25 - 36 | | |
Skopus: El Señor que vino es Él que vendrá | | -1-Kirchenjahr bis Weihnachten 12b - Lucas 21: 25 - 36 "Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; Desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca. También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de gloronería y embriaguez y de las afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre."
El evangelista Lucas, escribiendo estas palabras de Jesucristo, era convencido, con los otros primeros cristianos, que, por el venir de Jesús a la tierra, por sus padecimiento y su muerte y su resurrección, se han cumplido todas las promesas y profecías sobre el venir del Mesías de Dios, sobre el venir del Reino de Dios a la tierra. Pero el cumplimiento de las profecías se realizó en muchos aspectos en otra manera que se había esperado. El texto nuestro dice claramente a los creyentes de su tiempo que en realidad el venir de Jesús a la tierra en el rancho de Belén y la vida de El aun no fue el cumplimiento total o perfecto de las profecías, sino solamente el principio. Sí, hemos de decir que lo más importe en el Plan de Salvación de Dios todavía falta. Falta esto que Jesucristo, el Señor y el Rey del cielo y de la tierra es reconocido y aceptado de todos los hombres; y que nosotros, cristianos, tenemos en este Reino de Dios un futuro especial. Este Jesucristo venidero, recibe su importancia por el primer venir, empezando en el pesebre y padeciendo y muriendo y es resucitado por su Padre en los cielos. Para poder ser miembros o subditos en el Reino de Dios, bajo la gobernación del Salvador -dicen las Escrituras-, Dios instaló Nochebuena en la tierra, debía padecer y morir Jesús de Nazareth. Como personas, cambiadas, por el primer venir de Jesucristo, en súbditos en el Reino de Dios, esperamos el futuro perfecto y feliz y oramos: "Amén! ¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven pronto!" Nosotros, como Iglesia de Jesucristo, pueblo nuevo de Dios, somos, en esta forma como el pueblo viejo de Dios, el pueblo Israel, una COMUNIDAD EN EL ADVIENTO DEL SEñOR, por eso vale lo que está en el fin de nuestro texto: "Estén ustedes listos, pues, y oren en todo tiempo!" Nosotros no debemos vivir lo mismo como las 5 muchachas vírgenes en la parábola, las cuales no aceptaron seriamente el segundo adviento del Señor y fueron, por eso, excluidas del futuro feliz del Reino de Dios. El que quiere participar en la gobernación futura del Rey Jesucristo, viva en relación con El que vino y que vendrá, no olvidando que la llave del Reino futuro de Dios únicamente está en las manos de este Jesucristo, en lo que hizo en su vida después del primer adviento y lo que confesamos por el himno: "Justicia y sangre del Señor, tal es mi atavio de honor que ante Dios he de llevar, cuando en su reino pueda entrar." El que fija su mirada hacia el Reino futuro de Dios, siendo un reino de amor, de justicia y de alegría, practica ya hoy entre los hombres amor y alegría, y lucha por justicia y así es, en el tiempo actual, ya un testigo de un mundo nuevo que vendrá. Por esto testifica "que Jesucristo vence en eternidad, porque suyo es el mundo." Claramente oímos ahora no solamente las voces de nuestros contemporáneos, sino también la de nuestro propio corazón que dicen: Nuestra fe en el Reino futuro de Dios, y en el Señor de todos los señores, signifíca una única utopía, uno de los mayores ensueños humanos, más peligrosa aun para muchos poderosos que la utopía marxista y por eso es perseguida con ella otra. Es verdad, no tenemos pruebas exactas de la verdad de esta nuestra fe en el futuro de nuestro Señor, solamente sabemos que esta fe fue creada en nosotros, creyentes, por lo que Jesucristo dijo e hizo hace dos mil años. Somos convencidos firmemente que lo que Jesús anunció, también en el futuro cumplirá, tal vez contra todas las apariencias. El creyente sabe que la palabra de Jesús es lo único que dura permanentemente en el cielo y en la tierra. En su palabra podemos confiarnos totalmente: "El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras no dejarán de cumplirse." En el caso que todos gritan: El mundo está destruyéndose ya, y todos los hombres padecen por lo que han hecho los poderosos, el cristiano creyente, en medio de angustia, miserias, terror y dolores, puede ser un hombre alegre y consolado, reconociendo a su Señor de la Gloria que vendrá. El cristiano no solamente puede ver ya el fin de angustia, miseria, terror y dolores, sino también el principio de un mundo nuevo y sano, EL CIELO EN LA TIERRA, en que Dios y su Hijo Jesucristo están en medio de nosotros. En medio de todos los problemas, dice nuestro Señor y Salvador que el cristiano ya puede ver la salvación, por eso: "Cuando comiencen a suceder estas cosas, anímense y levanten la cabeza, porque muy pronto serán libertados." Esta mirada firme en el Señor que viene, nos libera de todas las especulaciones sobre año, día y hora de su futuro. El que puede ir alegre y consoladamente el camino de su vida, reconociendo ya la luz de un mundo mejor, viviendo ya hoy en una relación personal con el Señor de este nuevo mundo, no necesita saber tiempos exactos del cumplimiento de todas las promesas y profecías. Como sigue a la primavera el verano, el señor cumplirá todas su palabras. Como El nos dio un nuevo sentido de nuestra vida, sus servidores luchan por el nuevo mundo a favor de todos. Por un himno de adviento y navidad es expresada la gran alegría sobre lo que nos trae ya hoy el cumplimiento futuro de las promesas, la realización del nuevo mundo, por Jesucristo que viene: "Alzáos, !oh puertas!, y entrará el rey de Gloria que vendrá, el Rey de reyes cerca está, el prometido de Jehová; Consigo trae luz y verdad. Con júbilo canción alzad, cantémosle loor al Padre el Creador."
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